domingo, 17 de marzo de 2013

EL MAYOR RELOJ DEL MUNDO

¿SABIAS QUE…
el mayor reloj del mundo se construyó en época de Augusto?

El reloj estaba diseñado para que el 23 de Septiembre, equinoccio de otoño y cumpleaños... del emperador Octavio Augusto, la sombra del gnomon entrara en el Ara Pacis, altar dedicado a Augusto.
Se trataba de un reloj de sol de proporciones descomunales y mandado construir por Augusto en el año 10 a.C. Conocido con el nombre de Horologium Augusti, ocupaba la extensión aproximada de dos campos de fútbol y su gnomon (el “palito” que da la sombra) era un obelisco que medía 22 metros de altura.
Su construcción fue un deseo expreso del emperador y para su diseño reunió a los mejores científicos y matemáticos de la época. Pero mejor que yo, que nos lo cuente Plinio el Viejo quien tuvo la oportunidad de contemplarlo.
Al obelisco que está en el Campo de Marte,el          
divino Augusto le atribuyó la admirable función
de medir la sombra proyectada por
el Sol, determinando así la duración de los
días y las noches: hizo colocar
placas que estaban en proporción
respecto a la altura del obelisco,
de manera que en la hora sexta
del solsticio de invierno la sombra
fuese tan larga como las placas,
y disminuyese lentamente día
a día para volver a crecer siguiendo
las marcas de bronce insertadas en
las piedras; es un aparato que merece
la pena conocer y que debe su existencia
al insigne matemático Facundo Novio.
Éste añadió, sobre el extremo, una bola
dorada que proyectaba una sombra
definida, porque si no, el extremo
puntiagudo del obelisco hubiera
arrojado una sombra imprecisa
(se dice que tomó la idea de la cabeza
humana).
También nos cuenta Plinio que pasados unos años y sin que se conociera el motivo, el reloj comenzó a marcar las horas de forma equivocada.
Al cabo de treinta años
estas medidas se hicieron erróneas.
No se sabe la causa: quizás el curso
del Sol no ha permanecido igual,
o ha cambiado por algún motivo
astronómico, o porque toda la tierra
se ha movido o simplemente porque el
gnomon se ha movido debido a sacudidas
telúricas, o porque las avenidas
del río Tíber han provocado un descenso del obelisco.
Apenas se han conservados restos del Horologium. En los Museos Vaticano se conserva la bola que estuvo en la punta.

El obelisco se partió y fue olvidado en algún momento de la edad media. En el siglo XVIII fue recuperado, restaurado y trasladado a la Plaza Montecittorio donde aún permanece.

Del suelo ( foto inferior derecha) sólo hay unos pocos vestigios encontrados recientemente.

Nota Puntillosa:
Realmente el reloj de Augusto no ha sido el reloj de sol más grande que se ha construido. Recientemente, en el 2006, se construyó uno usando como gnomon la torre de la Abadía de Saint-Michel.
Doctora Dª Ana Vazquez Hoys

 

martes, 5 de marzo de 2013

L'ART EN GUERRE. DE PICASSO A DUBUFFET

Mujer-sentada-en-un-sillon-picassoEl Museo Guggenheim Bilbao presentará a partir del próximo 16 de marzo una gran exposición dedicada al arte en Francia durante la Segunda Guerra Mundial que incluirá más quinientas obras, realizadas por un centenar de artistas, entre los que se cuentan Georges Braque, Jean Dubuffet, Marcel Duchamp, Alberto Giacometti, Vasily Kandinsky, Pablo Picasso o Joseph Steib, que evidencian el modo en que estos se resistieron y reaccionaron ante la adversidad, haciendo "la guerra a la guerra" con formas y materiales impuestos por la penuria, incluso en los lugares más hostiles a toda expresión de libertad.
La exposición, titulada L’art en guerre. Francia, 1938–1947: De Picasso a Dubuffet y organizada en colaboración con el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París (donde ya se exhibió con gran éxito), mostrará cómo, en condiciones de escasez y opresión, los artistas supieron proponer nuevas respuestas estéticas que modificaron completamente las formas artísticas y el contenido del arte hasta el día de hoy.
Una mirada oscura
El arte en guerra se desarrollará en diez secciones completadas por numerosos archivos y documentos audiovisuales inéditos. El recorrido comenzará en enero de 1938 con la Exposición internacional del Surrealismo, premonitoria de la guerra y de la restitución de una mirada oscura y de un ambiente sofocante, definidos por André Breton y Marcel Duchamp.
Después de la humillante derrota de Francia, con la ocupación alemana y la instauración del régimen colaboracionista de Vichy, los artistas tuvieron que adaptarse a las nuevas realidades de unos tiempos aciagos y algunos de ellos a la clandestinidad, como Jean Arp, Alberto Magnelli o Sophie Taueber.