sábado, 20 de octubre de 2012

LA MAGIA DEL COSMOS EN UN CASTILLO



El castillo medieval de Hornos de Segura (Jaén) vuelve a tener vida varios siglos después. Toda la magia del cosmos, la experimentación de las emociones y la historia del universo se dan cita en el Cosmolarium, un centro de interpretación de astronomía y planetario que el Ayuntamiento ha hecho realidad 13 años después de recoger la idea de manos de Manuel Toharia, actual director de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.
 
Hoy, entre las piedras de la torre del homenaje de este castillo, otrora bastión defensivo de las tropas de Rodrigo Manrique durante la Orden de Santiago, el visitante puede sumergirse en un viaje en el tiempo en el que descubrirá la astronomía a través de recursos interactivos y una cámara oscura. Y en la planta superior se han instalado varios telescopios para la observación del cielo. En definitiva, un atractivo turístico para este pequeño municipio del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas que actúa como vigía del pantano de El Tranco y que está declarado Conjunto Histórico Artístico desde 1985.
 
Ya lo dijo el científico Manuel Toharia en el informe que el Ayuntamiento de Hornos utilizó para que se le abrieran las puertas de las Administraciones: “El enclave elegido para situar un taller astronómico permanente no puede ser más idóneo. Si la localidad de Hornos ya es de por sí favorable debido a su altitud, limpieza de cielo y escasa densidad de población en los alrededores, los restos del castillo resultan aún mejores por estar en lugar despejado, sobreelevado y con excelente visibilidad cenital”.
 
El Cosmolarium de Hornos ha abierto sus puertas a mediados de este mes de agosto coincidiendo con las fiestas patronales del pueblo. Al alcalde, Juan Antonio Gila, le parece increíble haber llegado hasta aquí: “Es la historia de una ilusión, una ilusión cumplida”, resume Gila, para quien “la ilusión de los horneros era que las viejas piedras del castillo volvieran a tener vida y a formar parte del presente”.
 

La localidad confía en el tirón turístico que supondrá la mezcla de divulgación y ocio
Y vaya si ha costado. Desde que en los años setenta se inició la rehabilitación de la fortaleza medieval, siguiendo el proyecto del arquitecto jiennense Luis Berges, el camino ha sido tortuoso. Los trabajos de rehabilitación estuvieron muchos años paralizados hasta que se reanudaron tras el convenio firmado en 2006 con la entonces ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. También fracasó el primer intento del Ayuntamiento por ubicar en su interior un taller de artesanía. Así hasta 1999, cuando fructificó la idea de Manuel Toharia para convertir a Hornos en un centro que combina la divulgación científica con el ocio. La idea de Toharia la plasmó el arquitecto Juan Ortega y la ejecución de la obra del Cosmolarium fue de la empresa Sustratal.
 
Al final, con la implicación de varias instituciones, se ha hecho realidad un proyecto que nace con la ambición de convertirse en reclamo turístico para los miles de visitantes que cada año recibe el mayor parque natural del país. La empresa pacense Reinadecorazones es la encargada de la gestión y musealización del Cosmolarium y el planetario. Sus responsables ponen el acento en la función divulgadora que se le quiere dar. “Un centro con vocación de generar espíritu crítico, provocar curiosidad en el visitante, plantear más preguntas que respuestas y promover el aprendizaje a través del descubrimiento y el juego”, indican. Para ello, se ha utilizado un lenguaje expositivo sencillo y comprensible para todas las edades, iniciados o no en la astronomía.
 
Y si en la torre del homenaje se propone un viaje en el tiempo por la historia de la astronomía, en la planta baja del castillo y, en concreto en la sala Universo, se recibe al visitante con multitud de recursos antes de iniciar un recorrido por el universo, las galaxias, la vía láctea o el sistema solar.
Si en el pasado los críos jugaban sobre estas piedras a ser caballeros medievales, o en algunos casos a indios y vaqueros, ahora pueden soñar con dar la mano al cielo. Es la culminación del sueño de esta villa donde sus habitantes presumen de ser capaces de hacer fuegos artificiales que llegan al cielo.

jueves, 18 de octubre de 2012

LA TÉCNICA DE LEONARDO REVELADA


La intervención preliminar a la restauración de "La Adoración de los Reyes" (1481), de Leonardo da Vinci, revela las fases artísticas de su proceso creativo: dibujo lineal e intensas pinceladas monocromas sobre las que luego aplicaba sus magistrales difuminaciones pictóricas
Por el amor al arte de la Asociación Amigos de los Uffizi, presidida por María Vittoria Rimbotti, se está procediendo en el Taller del Opificio de las Piedras Duras de Florencia a las intervenciones preliminares para la restauración de La Adoración de los Magos, una pintura sobre madera (246 x 243 cm) iniciada por Leonardo en 1481 para el monasterio florentino de San Donato en Scopeto y dejada sin concluir, debido a su marcha a Milán un año después.

La obra maestra, que abandona por tal motivo su anterior colocación en los Uffizi desde 1670, se presenta en un primer nivel de esbozo y, por este motivo, especialmente importante para analizar la técnica artística del pintor. Como se nota en muchas otras obras suyas, el artista realizaba la primera fase valiéndose de un dibujo lineal que fijaba con un estrato transparente de imprimación, sobre el que aplicaba un monocromo con pinceladas mucho más intensas y marcadas, como base de las sucesivas y casi imperceptibles difuminaciones pictóricas, detectadas por los análisis.

Sobre estas primeras capas de dibujo y de pintura, a lo largo de los siglos se han superpuesto algunas manos de barnices y cola, evidenciadas por los grumos en la superficie pictórica, e incluso algún que otro limitado retoque. El intenso color oscuro a base de ‘blanco de plomo’ es el resultado de la progresiva alteración de todos los materiales que periódicamente se aplicaban, como en todas las obras de la colección granducal, según demuestran las investigaciones de historia de la restauración.

Desde el punto de vista compositivo, en la figuración, Leonardo se apropió de las innovaciones planteadas por Sandro Botticcelli en otra Adoración, la de Santa María Novella, de la capital toscana, fechada en 1475 aproximadamente, situando a la Sagrada Familia en el centro y a los Magos, en la base de una pirámide ideal que culmina con la figura de María.

Se está acometiendo “una restauración difícil, importante y delicada”, cuyos estudios preliminares han sido financiados con 140.000 euros por parte de los Amigos de los Uffizi. “Esta intervención -recuerda su presidenta- festeja idealmente el vigésimo aniversario de la Asociación, fundada en 1993, tras el atentado de corte mafioso en la calle de los Georgofoli al lado de los Uffizi, para sostener este gran museo”.

Un eficiente ejemplo de mecenazgo colectivo que cuenta con 7.000 miembros inscritos y que tiene en su haber 112 intervenciones de restauración y 115 adquisiciones, llegando a recaudar hasta 4,5 millones de euros para la promoción y valoración del patrimonio de uno de los museos más ricos del mundo. ¿Próximas financiaciones? La remodelación de tres salas de los Uffizi, entre ellas, la nueva sala de Miguel Ángel.

Como nota curiosa mencionar que el tema de la Adoración de los Magos fue uno de los más frecuentes en el arte florentino del siglo XV, ya que permitía incluir episodios marginales y personajes que celebraban la fastuosidad de los comitentes. Además, todos los años, por Reyes, se desplegaba un cortejo que evocaba la Cabalgata evangélica por las calles de Florencia. Una tradición perdida en Italia pero que perdura en la mayoría de las localidades españolas

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