martes, 26 de febrero de 2013

LAS ESTANCIAS DE RAFAEL EN EL VATICANO, RESTAURADAS

Han requerido una treintena de años los trabajos de conservación de las llamadas Estancias de Rafael, presentados tras su conclusión, el 21 de febrero, cuando se cumplían 5 siglos de la muerte del papa Julio II (Albisola, 1443 – Roma, 1513). El controvertido pontífice guerrero-mecenas, en el trono papal desde 1503, pasó a la historia por haber convocado en el Vaticano a artistas de la talla de Miguel Ángel y Rafael y por haber transformado Roma en una ciudad renacentista.
 
La última en desmontar los andamios de las intervenciones iniciadas en 2002, bajo la dirección científica de Arnold Nesselrath, ha sido la pared del Encuentro entre el papa León Magno y Atila, tras la de la Expulsión de Heliodoro del templo, la Liberación de San Pedro de la cárcel y el Milagro de Bolsena, pintadas al fresco en la Estancia de Heliodoro (660×750 cm aprox.) la más elevada demostración de la habilidad del divino Rafael, desplegada entre 1512 y 1514.
 
Impregnados de la maestría de Miguel Ángel, del retrato renacentista de Lorenzo Lotto y del cromatismo véneto de Sebastiano del Piombo, estos frescos aparecen como un prodigio totalmente nuevo del joven Rafael. Asimismo, cabe recordar la importancia y el papel diplomático de la Estancia de Heliodoro donde los papas, a inicios del siglo XVI, recibían a sus visitantes en audiencias privadas, una función sustituida actualmente por la Biblioteca Privada del Papa.
 
El estudio del ciclo completo de las Estancias de Rafael se inició en 1982, en la Estancia del Incendio de Borgo, basado en nuevos principios técnicos, críticos y estéticos que han marcado el mundo de la conservació. A la restauración de esta Estancia siguió en los años 90 la de la Estancia de la Signatura, concluída en 1999 para la celebración del Año Santo de 2000.

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